"Estas
cosas he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de
Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que
creéis en el nombre del Hijo de Dios. Y esta es la confianza que
tenemos en él, que si demandáremos alguna cosa conforme á
su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera
cosa que demandáremos, sabemos que tenemos las peticiones que le
hubiéremos demandado"
(1 Juan 5:13-15).
¡Qué promesa tán grande tenemos para la oración
si somos creyentes en el Señor Jesucristo! Pero no solo tenemos
la promesa, pero, ¡también tenemos "la confianza",
o la "seguridad" (y no en nuestras oraciones, sino "en él",
es decir, en el Señor nuestro), "que si demandáremos alguna
cosa conforme á su voluntad, él nos oye"! Note que "demandáremos"
aquí significa una demanda de algo debido, lo cual nos dice,
entonces, que Dios ya nos ha garantizado que "nos dará también
con (Cristo) todas las cosas" (Romanos 8:32). Así que, podemos
"hablar atrevidamente" con reverencia en nuestras oraciones. No obstante,
no debemos de ser "presuntuosos" en ellas, como es enseñado hoy
en día acercas de la oración por el grupo "Nombralo; Demandolo",
o los "evangelistas" de la Salud y Riquezas. No, nuestras oraciones deben
de ser basadas en lo que Dios ha determinado de darnos en Su Hijo Amado;
y eso es cuando "él nos oye".
Entonces, siendo asegurados de esto, "sabemos que él nos oye"
si que "cualquiera cosa que demandáremos", es a saber,
"pidiéramos", "sabemos que tenemos las peticiones" (las cosas
que pedimos) "que le hubiéramos demandado" (pedido). Note
también, que la palabra "sabemos" en veces es traducida a
"ver". ¿Podemos decir, entonces, que cuando oramos según
la voluntad de Dios, no solo sabemos que recibiremos la respuesta
a nuestras oraciones, pero que también podemos ver por la
fe la respuesta a nuestras oraciones? Sí, ¡Aleluya!!! Pues,
¿qué es fe, sino "la sustancia de las cosas que se esperan,
la demonstración de las cosas que no se ven" (Hebreos 11:1)?
Pero acuerdense, que la fe verdadera solo ora según la voluntad
de Dios, como nuestro precioso Salvador nos enseño: "Abba, Padre,
todas las cosas son a ti posibles: traspasa de mí este vaso; pero
no lo que yo quiero, sino lo que tú" (Marcos 14:36). ¿Es
esta la manera que oramos? Oh, ¡qué así sea por amor
de Cristo y Su gloria! ¡Amén! ¡Gloria a Dios! ¡Gloria a Dios!
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