"Que los has
amado, como también a mí ma has amado"
(Juan
17:23)
¿Puedo medir el amor de Dios para mi? Y no solo para mi, pero también
por todos a quienes ha hecho "aceptos en el Amado" Hijo de DIos
(Efesios 1:6)? Sí podemos; pero tenemos que hacerlo con la medida
de la Palabra de Dios. Primero, lo podemos medir con recordar que
Dios es "desde el siglo y hasta el siglo" (Salmo 90:2); y así
que, Aquél quien "es amor" (1 Juan 4:8,16) puede decir a
cada uno de Sus hijos, "Con amor eterno te he amado" (Jeremías
31:3). Esto quiere decir que el amor de Dios para nosotros es eterno, tal
como Él es el "eterno Dios" (Deuteronomio 33:27); y así
que nos amará para siempre, y no hay nada en toda la creación
que "nos podrá apartar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús
Señor nuestro" (Romanos 8:39). ¡Amén!
Luego, en segundo lugar, el amor de Dios es medido por la Cruz en
el Calvario: Mira allá a la Cruz áspera teñida con
la Sangre preciosa del Hijo inocente y santo de Dios, muriendo por pecadores
tales como yo y tú. ¿Por qué? ¡Por causa del
amor de Dios! "Mas Dios encarece su caridad (amor) para con nosotros,
porque siendo aún pecadores, Cristo murió por nostros" (Romanos
5:8); y así que ahora puedo decir con el apóstol Pablo: "Cristo...el
Hijo de Dios...me amó, y se entregó a sí mismo por
mí" (Gálatas 2:20). Oh, ¡que seamos "arraigados
y fundados en" este "amor", para que puedamos "comprender
con todos los santos cuál sea la anchura y la longura y la profundidad
y la altura, y conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento"
(Efesios 3:17-19). ¡Aleluya!
Pero, en el tercer lugar, todavía hay otra manera que podemos "medir" el amor de Dios; y aquí tengo que confesar que es más allá de mí comprensión, más allá de mí imaginación, más allá de cualquiera cosa que pudiera concebir en mi mente___; no obstante, todavía puedo decir con toda certeza, y no solamente yo, pero cada uno de los hijos de Dios, ¡que Dios nos ama, tanto como Él ama a Su propio Hijo, el Señor Jesucristo! Oh, palabras me faltan para expresar lo que esto signifa para mí; pero en saber esto, ¡qué gozo, qué confortación, qué paz, qué seguridad, qué determinación debemos de tener en saber que Dios nos ama como Él ama a Su Hijo! Oh, hermanos amados en el Señor, puestos los ojos en Aquél quien es tu Señor y Salvador, y por fe cree y recibe el mismo amor con el cual el Padre le ama, de ser también tuyo. Anda en ese amor, cubrído con él como "su bandera sobre (tí)" (Cantares 2:4), y dí con el apóstol Juan: "Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero" (1 Juan 4:19). ¡Amén! Gloria a Dios, Gloria a Dios....
Pero, en el tercer lugar, todavía hay otra manera que podemos "medir" el amor de Dios; y aquí tengo que confesar que es más allá de mí comprensión, más allá de mí imaginación, más allá de cualquiera cosa que pudiera concebir en mi mente___; no obstante, todavía puedo decir con toda certeza, y no solamente yo, pero cada uno de los hijos de Dios, ¡que Dios nos ama, tanto como Él ama a Su propio Hijo, el Señor Jesucristo! Oh, palabras me faltan para expresar lo que esto signifa para mí; pero en saber esto, ¡qué gozo, qué confortación, qué paz, qué seguridad, qué determinación debemos de tener en saber que Dios nos ama como Él ama a Su Hijo! Oh, hermanos amados en el Señor, puestos los ojos en Aquél quien es tu Señor y Salvador, y por fe cree y recibe el mismo amor con el cual el Padre le ama, de ser también tuyo. Anda en ese amor, cubrído con él como "su bandera sobre (tí)" (Cantares 2:4), y dí con el apóstol Juan: "Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero" (1 Juan 4:19). ¡Amén! Gloria a Dios, Gloria a Dios....
No hay comentarios:
Publicar un comentario