Ministerio Centro de Evangelismo " Cuerpo de Cristo"

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lunes, 2 de septiembre de 2013

La Gracia Irresistible


Ministerio de Evangelismo Cuerpo de Cristo

La doctrina de la gracia irresistible no significa que toda influencia del Espíritu Santo no puede ser resistida. Quiere significar que el Espíritu Santo puede vencer toda resistencia y hacer su influencia irresistible.
En Hechos 7:51 Esteban dice a los líderes judíos, “Duros de cerviz, é incircuncisos de corazón y de oídos, vosotros resistís siempre al Espíritu Santo: como vuestros padres, así también vosotros”. Y Pablo habla de entristecer y de apagar el Espíritu Santo (Efesios 4:30; 1 Tesalonicenses 5:19). Dios da muchos ruegos e impulsos que son resistidos. De hecho, la historia entera de Israel en el Antiguo Testamento es una historia prolongada de resistencia, como la parábola de los labradores malvados muestra (Mateo 21:33-43; Romanos 10:21).  
La doctrina de la gracia irresistible significa que Dios es soberano y puede vencer toda resistencia cuando él quiere. ¡”En el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, hace según su voluntad: ni hay quien estorbe su mano, y le diga: ¿Qué haces?”! (Daniel 4:35). “Nuestro Dios está en los cielos: Todo lo que quiso ha hecho” (Salmo 115:3). Cuándo Dios emprende a cumplir su propósito soberano, nadie exitosamente lo puede resistir.
Esto es lo qué Pablo enseñó en Romanos 9:14-18, que causó que su adversario dijera, “¿Por qué, pues, se enoja? porque ¿quién resistirá á su voluntad?” A lo cual Pablo contesta: “Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? Dirá el vaso de barro al que le labró: ¿Por qué me has hecho tal? ¿O no tiene potestad el alfarero para hacer de la misma masa un vaso para honra, y otro para vergüenza?” (Romanos 9:20f).  
Más específicamente la gracia irresistible se refiere a la obra soberana de Dios para vencer la rebelión de nuestro corazón y para traernos a la fe en Cristo para que podamos ser salvados. Si nuestra doctrina de la depravación total es verdad, no puede haber salvación sin la realidad de la gracia irresistible. Si estamos muertos en nuestros pecados, totalmente incapaz de someterse a Dios, entonces nunca creeremos en Cristo a menos que Dios venza nuestra rebelión.
Alguien puede decir, "Sí, el Espíritu Santo nos tiene que traer a Dios, pero podemos utilizar nuestra libertad de resistir o aceptar ese atraimiento". Nuestra respuesta es: A menos del esfuerzo continuo de la gracia salvadora, nosotros siempre utilizaremos nuestra libertad de resistir a Dios. Eso es lo que significa de ser "incapaz de someterse a Dios". Si una persona llega a ser suficiente humilde para someterse a Dios es porque Dios ha dado a esa persona una naturaleza nueva y humilde. Si una persona se queda demasiado duro de corazón y orgulloso para someterse a Dios, es porque a esa persona no se le ha dado un espíritu voluntario. Pero para ver esto más persuasivo debemos de mirar a las Escrituras.
En Juan 6:44 Jesús dice, “Ninguno puede venir á mí, si el Padre que me envió no le trajere”. Este traer es la obra soberana de la gracia sin la cual nadie puede ser salvado de su rebelión contra Dios. Otra vez algunos dicen, "Él atrae a todos los hombres, no sólo a algunos". Pero esto simplemente evade la implicación clara del contexto que el "traer" del Padre es por qué algunos creen y los otros no.
Específicamente, Juan 6:64-65 dice, “Mas hay algunos de vosotros que no creen. Porque Jesús desde el principio sabía quiénes eran los que no creían, y quién le había de entregar. Y dijo: Por eso os he dicho que ninguno puede venir á mí, si no le fuere dado del Padre”.
Note dos cosas.
Primero, note que venir a Jesús es llamado un regalo. No es sólo una oportunidad. Venir a Jesús es "dado" a algunos y no a otros.  
En el segundo lugar, note que la razón Jesús dice esto, es de explicar por qué “hay algunos…que no creen”. Lo podríamos parafrasear así: Jesús sabía del principio que Judas no creería en él a pesar de toda la enseñanza y las invitaciones que él recibió. Y porque él sabía esto, él lo explica con las palabras, nadie viene a mí a menos que le sea dado por mi Padre. Judas no fue dado a Jesús. Había muchas influencias en su vida para bien. Pero el regalo decisivo e irresistible de la gracia no le fue dado.  
2 Timoteo 2:24-25 dice, “Que el siervo del Señor no debe ser litigioso, sino manso para con todos, apto para enseñar, sufrido; que con mansedumbre corrija á los que se oponen: si quizá Dios les dé que se arrepientan para conocer la verdad”.
Aquí, como en Juan 6:65 el arrepentimiento es llamado un regalo de Dios. Note, él no dice solamente que la salvación es un regalo de Dios. Él dice que los requisitos antes de la salvación son también un regalo. Cuándo una persona oye el llamado del predicador para el arrepentimiento él puede resistir esa llamada. Pero si Dios le da arrepentimiento él no puede resistir porque el regalo es la eliminación de la resistencia. No estar dispuesto a arrepentirse es igual que resistiendo el Espíritu Santo. Así que, si Dios da el arrepentimiento es igual de quitar la resistencia. Por eso es que llamamos esta obra de Dios la "gracia irresistible".  
NOTA: Debe ser obvio de esto que la gracia irresistible nunca implica que Dios nos fuerza a creer contra nuestro albedrío. Eso sería aún una contradicción en términos. Al contrario, la gracia irresistible es compatible con la predicación y el testificar que trata de persuadir a personas de hacer lo que es razonable y lo que conviene con sus mejores intereses.
1 Corintio 1:23-24 dice, “Mas nosotros predicamos á Cristo crucificado, á los Judíos ciertamente tropezadero, y á los Gentiles locura; Empero á los llamados, así Judíos como Griegos, Cristo potencia de Dios, y sabiduría de Dios”. Note las dos clases de "llamadas" implicadas en este texto.
Primero, el predicar de Pablo sale a todos, tanto a judíos como griegos. Esto es la llamada general del evangelio. Les ofrece la salvación a todos a los que creerán en Cristo crucificado. Pero por lo general cae en oídos poco receptivos y es llamado tontería.  
Pero luego, en el segundo lugar, Pablo se refiere a otra clase de llamada. Él dice que entre los que oyen hay algunos que son "llamados" de tal manera que ellos ya no consideran la cruz como tontería sino como la sabiduría y el poder de Dios. ¿Qué más puede ser esta llamada sino la llamada irresistible de Dios de salir fuera de la oscuridad a la luz de Dios? Si TODOS los que son llamados en este sentido consideran la cruz como el poder de Dios, entonces algo en la llamada debe efectuar la fe. Esta es la gracia irresistible.  
Es explicado aún más en 2 Corintio 4:4-6, “El dios de este siglo cegó los entendimientos de los incrédulos, para que no les resplandezca la lumbre del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios… Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo”..
Ya que los hombres son cegados al valor de Cristo, un milagro es necesitado para que ellos puedan ver y creer. Pablo compara este milagro con el primer día de la creación cuando Dios dijo, “Sea la luz”. Es de hecho una nueva creación, o un nuevo nacimiento. Esto es lo que es significado por la llamada eficaz en 1 Corintios 1:24.
Los ojos de los que son llamados son abiertos por el poder creador soberano de Dios para que ellos ya no vean la cruz como tontería sino como el poder y la sabiduría de Dios. La llamada eficaz es el milagro de quitar nuestra ceguera. Esta es la gracia irresistible.  
Otro ejemplo de ello está en Hechos 16:14, donde Lidia escucha la predicación de Pablo. Lucas dice, “El corazón de la cual abrió el Señor para que estuviese atenta á lo que Pablo decía”. A menos que Dios abra los corazones, no haremos caso del mensaje del evangelio. Este abrir de corazón es lo que significamos por la gracia irresistible.
Otra manera de describirlo es el "nuevo nacimiento" o nacer otra vez. Creemos que el nuevo nacimiento es una creación milagrosa de Dios que capacita a una persona anteriormente "muerta" para recibir a Cristo y así ser salvado. Nosotros no creemos que la fe precede y causa el nuevo nacimiento. La fe es la evidencia que Dios nos ha engendrado de nuevo. “Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios” (1 Juan 5:1).
Cuándo Juan dice que Dios da el derecho de llegar a ser los hijos de Dios a todos los que reciben a Cristo (Juan 1:12), él pasa a decir que los que reciben a Cristo “no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, mas de Dios”. En otras palabras, es necesario recibir a Cristo para llegar a ser un hijo de Dios, pero del nacimiento que trae a uno a la familia de Dios no es posible por el albedrío de hombre.  
El hombre está muerto en los delitos y pecados. Él no puede hacerse nuevo, ni crear nueva vida en él mismo. Él tiene que nacer de Dios. Entonces, con la nueva naturaleza de Dios, él recibe inmediatamente a Cristo. Los dos hechos (la regeneración y la fe) son conectados tan íntimos que en la experiencia no podemos distinguirlos. Dios nos engendra de nuevo y la primera luz trémula de la vida en el niño recién nacido es la fe. Así que el nacimiento nuevo es el efecto de la gracia irresistible, porque es un hecho de la creación soberana – “ni de voluntad de varón, mas de Dios”. ¡Gloria a Dios!

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