Ministerio Centro de Evangelismo " Cuerpo de Cristo"

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domingo, 1 de septiembre de 2013

LA AGONIA DEL PECADO

¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?
Romanos 7:24

Se dice que la gente puede aprender de vivir con el dolor; y yo creería que esto sería el caso de muchos que tendrán alguna clase de mal o enfermedad, que, a pesár de tomar "mata-dolores", o cualquier otra cosa que quizas han hecho para aliviar el padecimiento, todavía sus vidas consisten de un dolor constante. Oh, ¡qué verdad es esto en el caso del "dolor" diario del creyente debido al cancer del pecado en su vida! Sí, sabemos que el poder del pecado ha sido quebrantado para que no tenga dominio sobre nosotros; y sabemos que hemos sidos perdonados y justificados por la Sangre y Justicia de nuestro precioso Salvador, el Señor Jesucristo; sin imbargo, todavía le agradó al "Dios de toda gracia" (1 Pedro 5:10) en Su sabiduría insuperable en dejar "la agonía del pecado" dentro de nosotros. ¿Estoy diciendo algo que no es Biblico? ¡Pienso que no! ¿Porque cúal creyente verdadero no ha experienciado lo que Pablo relata en Romanos 7, y ha sido hecho de gritar con él, "¡Miserable hombre de mí! ¿quién me librará del cuerpo de esta muerte?"    
 ¿Qué tantos de nosotros no confesaríamos que "no hago el bien que quiero; mas el mal que no quiero, éste hago" (v.19); y, ¿por qué? Porque ahora sabemos que "si hago lo que no quiero, ya no lo obro yo, sino el pecado que mora en mí" (v.20). Oh, ¡la agonía que el creyente en veces pasa por causa de esto! ¿Pero saben que? ¡Un día terminará! Aunque podemos andar cada día en la suficiencia de la gracia de Dios para que puedamos decir con Pablo, "cuando soy flaco, entonces soy poderoso" (2 Corintios 12:10); no obstante, nuestra victoria total de "la agonía del pecado", vendrá en la Venida Gloriosa de nuestro Señor Jesús, "él cual transformará el cuerpo de nuestra bajeza, para ser semejante al cuerpo de su gloria, por la operación con la cual puede también sujetar a sí todas las cosas" (Fillpense 3:21). Sí, "¿quien me librará del cuerpo de esta muerte? Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro" (Romanos 7:25). ¡ALELUYA!!! ¡¡Gloria a Dios!!

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